La manifestación de un sueño


Ida Bauer



En el año de 1905, Freud escribe fragmento de análisis de un caso de histeria, también conocido como el caso Dora, es muy importante ya que es el primer relato de terapia que Freud pública. Es también la historia de un fracaso, pues Dora abandona el tratamiento a los tres meses de haber empezado y sin haber alcanzado la curación. Con este caso Freud quiere aportar pruebas definitivas sobre el origen sexual de los síntomas histéricos y la utilidad de la interpretación de los sueños para acceder a los traumas inconscientes. En base a este caso Freud comienza con sus hipótesis acerca de la transferencia y contratransferencia. Pero esto no agota la cuestión, porque el problema fundamental que plantea precisamente ese caso, el de Dora, es la transferencia negativa, que llevó a la interrupción del análisis. 


Nos parece muy importante que Freud no solo se centro en Dora, sino también en su círculo familiar, ya que cada uno de estos miembros muestran alguna influencia hacia el comportamiento de Dora y así Freud pudo entender más el contexto en donde se encontraba esta joven. Es un poco raro que el padre de Dora pide a Freud que trate a su hija pues presenta los síntomas de una pequeña histeria: dificultades para respirar o disnea, tos nerviosa, afonía, migrañas, desazón, insociabilidad, tedio vital y amagos histriónicos de suicidio. El padre le informa que hace años que mantienen relaciones con el señor y la señora K. Aparentemente se trataba de una relación convencional entre familias burguesas. A medida que realizamos el trabajo pudimos corroborar que definitivamente se trataba de una neurosis de histeria, ya que todos sus síntomas se sitúan en el cuerpo de la persona, debemos tener en cuenta que en toda neurosis hay un grado de angustia, de duda, el paciente lo vive, lo padece, a pesar de no saber su diagnóstico.


En el caso de Dora podemos afirmar que todas estas características que se presentan en una neurosis (en este caso de histeria) surgen a medida que transcurren las sesiones. El mecanismo de defensa de las neurosis es la represión que en el caso de dicha paciente falla y vuelve en forma de síntoma (por ejemplo la tos, la afonía, disnea, etc.) como también en los dos sueños que encierran todo aquello que Dora sentía, condensándolo y desplazándolo hacia uno mismo. Destacamos que Freud le ofreció a Dora, como chica hambrienta de amor lo que ella necesitaba, es decir, alguien que se ocupara de ella y le brindara un contexto adulto y contenedor, para escuchar y entender sus dolores y demandas. Deberíamos explorar la relación del complejo de Edipo así construido con las complejas situaciones que se generan cuando los padres no se hacen cargo de sus responsabilidades, biológicas, familiares, sociales, y éticas, como ocurre con los padres de Dora. Sin obtener la cura, Dora decide abandonar el tratamiento, ya que no podía esperar más tiempo por ella, sentía que el invertido hasta ese momento era suficiente. Por eso el caso queda inconcluso para Freud dejándole una sensación de vacío sobre una transferencia negativa. Podríamos reformular esa transferencia como un comportamiento de Dora con un Freud al que no le perdona que ocupe estructuralmente, un lugar del que éste no atina o no tiene tiempo de salir, el de la persona que (con una verdadera similitud con el Sr. K.) tenía la misión encomendada por el padre de impedir las interferencias de ésta en su relación con la Sra. K. Esto nos alerta de que tenemos que estar atentos en la clínica no sólo a la transferencia del paciente, sino también la que hace la familia del mismo sobre nosotros.







Tipo de texto: Científico 
Ficha bibliográfica: 
Freud, Sigmund. Obras completas: Fragmento de análisis de un caso de histeria (Dora). Tres ensayos de teoría sexual y otras obras (1901- 1905) 1 ed. Amorrotu, Buenos Aires, 2007 p. (3-107) Vo. VII
Titulo de la obra: Dora pp 3-107

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